Todo un éxito fue, un año más, el encuentro de encajeras organizado por la Universidad Popular de Tomelloso. A pesar de coincidir en fecha con el nacional celebrado en la vecina localidad de Almagro, 208 encajeras se reunieron en la plaza de España para mostrar sus trabajos y hacer una demostración in situ del manejo de los bolillos. Un arte complejo para el espectador, pero fácil, según ellas mismas aseguran, para las encajeras que con mimo y esmero van tejiendo los hilos.
Tuvo lugar el sábado en la Plaza de España donde las encajeras mostraron su destreza con los bolillosTodo un éxito fue, un año más, el encuentro de encajeras organizado por la Universidad Popular de Tomelloso. A pesar de coincidir en fecha con el nacional celebrado en la vecina localidad de Almagro, 208 encajeras se reunieron en la plaza de España para mostrar sus trabajos y hacer una demostración in situ del manejo de los bolillos. Un arte complejo para el espectador, pero fácil, según ellas mismas aseguran, para las encajeras que con mimo y esmero van tejiendo los hilos.En el encuentro participaron trece grupos de encajeras, tres de ellos de la localidad y el resto, de diferentes puntos de la región. Entre ellos, Ciudad Real, Alcázar de San Juan, Llanos del Caudillo, Almadén, Munera, Socuéllamos o Villarrobledo.Ni siquiera el calor, que era abrasador, impidió que en la plaza se escuchase un año más el típico sonido de los bolillos al chocar entre sí. Allí estuvo también la concejala de Educación y Cultura, María Teresa Novillo, quien explicó que este año se ha cambiado el lugar de celebración a la Plaza de España como consecuencia de las obras que se están realizando en el Paseo de las Moreras, lugar habitual de este encuentro en anteriores ediciones. Además de observar a las encajeras, en la Plaza de España se podían adquirir materiales para realizar encajes a precios muy económicos en los puestos de venta instalados allí.Lejos de lo que pueda parecer, el de los bolillos es un arte que no solo no está amenazado de desaparecer, sino que hay una buena cantera, según explicó Novillo. En Tomelloso hay tres colectivos que tienen grupos de encaje de bolillos, el Santo Tomás de Villanueva, el San José Obrero y la propia Universidad Popular. El objetivo de todas ellas es, apuntó la concejala, “seguir recuperando esta tradición que es típica de la zona, y que es importante que no se pierda, enseñando a las nuevas generaciones”.Y es que, para hacer encaje de bolillos no hay edad. El domingo se entregó un diploma acreditativo a la participante mayor, Josefa Ruiz Sánchez, de 83 años y a las más pequeñas, Mireia Garcia Ortiz, de cinco años y Ana María López Caro, de ocho.El encaje de bolillos no es solo una minuciosa labor artística, es además una actividad para la distracción que sirve como terapia en casos de depresión y de enfermedades de las articulaciones, por el movimiento de manos que requiere.