La separación de una pareja no es nunca fácil, y menos si hay niños. Muchos padres no saben como afrontar la situación. Por ello, el centro de la mujer está impartiendo un taller para padres y madres separados con el que se pretende la reflexión y puesta en marcha de recursos para afrontar positivamente el conflicto y aunar esfuerzos en la crianza de los hijos.
Supone una ayuda importante para afrontar positivamente la separación y lograr aunar esfuerzos en la educación y el cuidado de los hijosLa separación de una pareja no es nunca fácil, y menos si hay niños. Muchos padres no saben como afrontar la situación. Por ello, el centro de la mujer está impartiendo un taller para padres y madres separados con el que se pretende la reflexión y puesta en marcha de recursos para afrontar positivamente el conflicto y aunar esfuerzos en la crianza de los hijos. Para ellos, para los niños, el problema no es tanto el divorcio, como el manejo que de él hagan los padres, según explica la psicóloga que imparte el taller ya que se tiene que tener claro cual es la diferencia entre la pareja y el ser padres. En este tipo de talleres, los padres pueden preguntar sobre cualquier aspecto que les preocupe, por ello tienen gran aceptación. La mayoría de las personas que asisten al taller son mujeres aunque también asiste algún hombre lo que da posibilidad de conocer, asegura Irene la psicóloga que está dando el taller, los dos puntos de vista. Los hay que llevan separados muchos años y otros que acaban de hacerlo, pero los hay que también asisten al taller porque aunque aún no se han separado, van a hacerlo y quieren saber cómo actuar, cómo explicarlo a sus hijos para que sufran lo menos posible y aprendan a aceptarlo. Los principales conflictos vienen normalmente de no separar la relación de pareja de la de paternidad o maternidad. Que se haga daño a la pareja no ha de afectar a la relación con los hijos. El taller comenzó el pasado sábado y aún quedan otras tres sesiones, este sábado y los dos siguientes. Se trata de un taller basado en el aprendizaje participativo. En él se fomenta la reflexión y la actitud de compromiso al cambio y, a través de las experiencias personales de los asistentes, se exponen las estrategias más eficaces para afrontar los problemas. En definitiva, se pretende conseguir que asuman el papel de educadores y cuidadores de sus hijos siendo conscientes de las dificultades asociadas a su condición de madres y padres separados.